#05 Las artistas
Todas aquellas personas que deciden dedicarse al arte, desde el minuto 0, deciden hacerlo resignadas. Asumiendo la inestabilidad y la precariedad como la única forma de vivir de ello.
La cultura construye la sociedad, le da identidad y la hace propia, y el arte forma parte también de eso. Es más, el arte -en todas sus expresiones- representa todo aquello de lo que estamos hechas las personas, lo que nos mueve, las emociones, las pasiones, los miedos. Muchxs artistas ni siquiera ven su talento como tal. Simplemente es su manera de ver y hacer el mundo.
El resultado, nuestro arte, (casi) siempre proviene de la catarsis que hacemos de nuestras emociones. Al menos es lo que he podido saber, tanto de las experiencias de otros artistas como de las mías propias.
Nuestras emociones y experiencias acaban siendo un manual de instrucciones de lo creamos. Y probablemente esto hace que nos regocijemos aún más en el dolor o la tristeza de lo que nos ocurre, pero quizá también el arte nos hace sentirnos más en paz con nosotras mismas. Lo mejor y lo peor.
Luego, la realidad te pega un bofetón con la mano abierta cuando, queriendo dedicar tu vida a ello, te encuentras con uno de los sectores más precarizados. Así que el sistema acaba forzándote a trabajar "de lo que se pueda vivir". Y eso puede implicar, no sólo abandonar lo que mejor se te da hacer, sino lo que más te llena y más sentido da a tu vida.
Como decía, para muchos y muchas es su única manera de expresión, así que dejar eso de lado para poder subsistir es la representación máxima de cómo el capitalismo se mete de lleno en nuestra vida, hasta el fondo. Te deja sin tiempo y te agota tanto que no encuentras momento para ponerte un rato a pintar. Y a pesar de eso, hay quien no se rinde y sigue poniendo su arte por delante de todo. Se arriesga, deja su trabajo de oficina y decide darse una oportunidad. Coincidiremos que este es el grupo de los privilegiados y privilegiadas. Ojalá no fuera así y fuese mucho más fácil para todas dar ese paso.
La newsletter de Cloto de este mes habla precisamente de todo esto. De la frustración y de ese famoso síndrome del impostor que hay detrás de cada artista.
Yo amo el arte, pero, ¿me ama el arte a mí? ¿Por qué me lo pone todo tan difícil? […] La putada es que sientes que no puedes hacer otra cosa que no sea eso; y me da una ansiedad que me quiero morir.
Y dice algo más en lo que pienso mucho. Todas aquellas personas que deciden dedicarse al arte, desde el minuto 0, deciden hacerlo resignadas. Asumiendo la inestabilidad y la precariedad como la única forma de vivir de ello. "No somos bohemias, somos precarias, y romantizar eso me abruma porque en el momento en el que esa condición se romantiza, internamente es a lo único a lo que aspiras. Abrazas tu pobreza y te la quedas para ti como si fuese lo único que el arte está dispuesto a darte".
Este no quiere ser un texto desesperanzador para las artistas, pero bueno... No vamos a mentir. ¿Hay que dejar de lado el arte? Desde luego que no. Porque es maravilloso ver la vida desde donde la vivimos y hay que seguir haciéndolo.
Hace poco leí en una entrevista a la ilustradora Núria Just, que decía: "Si alguien que está leyendo esto está pensando en empezar en el mundo de la ilustración, mi recomendación es que no decaiga. Para bien o para mal, esta es una profesión que va de la mano un poco de la bajona y del fracaso. Hay momentos en los que parece que todo fluye y otros en los que nada de lo que haces te gusta o no funciona, pero de eso se aprende. […] Y sobre todo, sobre todo, valora tu trabajo. Aunque seas novel, que no te tomen el pelo”.
Hay que escuchar mucho a los y las artistas, apoyarles y, sobre todo, ¡pagarles bien! Sólo y únicamente así podrán seguir haciendo lo que hacen.
Gracias también a mi hermano por recordarme sin querer a Marina Keegan y ese discurso que pronuncia en su graduación en Yale, y con el que defiende la importancia de no rendirse demasiado pronto. Recomiendo releerlo de vez en cuando. Justo cuando la bajona del mes te esté pegando fuerte.
En relación con el arte y los artistas, lo que dice Hayden Kays en la descripción de una de sus obras expuestas en el Museo Moco de Barcelona: «Sólo yo soy capaz de cambiar mi mundo. El arte puede abrir puertas, el arte puede emocionarte de verdad, el arte me ha llevado hasta aquí, el arte me hace salir adelante, creo en el arte, él sólo es escéptico conmigo.»
La Paula escribiendo esta reseña sobre El fin del amor de Tamara Tenenbaum 💓
El artículo de SModa que habla sobre el duelo de perder una amistad y que me recordó a lo que empecé a contar en mi última newsletter.
Bravísima Sara Sálamo en el discurso feminista que dio ayer!!
I’m in it de las Haim. Gracias Meibol porque ahora yo también estoy en bucle con esta canción💕
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#05 Las artistas
Xulíssim el discurs de la Marina Keegan, no el coneixia. I mil gràcies per la recomenació <3 que visquin les contradiccions!